"Ignorar a los pobres es despreciar a Dios" Francisco

miércoles, 14 de abril de 2010

LA IGLESIA COMUNIDAD EVENGELIZADORA. PRESBITEROS Y LAICOS, CORRESPONSABLES

XVI ENCUENTRO GENERAL DE APOSTOLADO SEGLAR

«SACERDOCIO Y ACCIÓN CATÓLICA»
LA IGLESIA COMUNIDAD EVENGELIZADORA. PRESBITEROS Y LAICOS, CORRESPONSABLES

COMUNICADO FINAL

Los días 6 y 7 de abril, recién celebrada la fiesta de la Resurrección de Nuestro Señor, centro y fundamento de nuestra fe y convocados por el Consejo General de la Acción Católica Española, desde el seno de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, nos hemos reunido en Los Negrales (Madrid), junto a la sepultura de San Pedro Poveda, sacerdotes y seminaristas de las diócesis de Barbastro-Monzón, Plasencia, Palencia, Mérida-Badajoz, San Sebastián, Madrid, Valencia, Oviedo, Valladolid, Toledo, Tortosa, Burgos y Santander junto a los miembros de las comisiones permanentes de los movimientos de AC y con la presencia de D. Atilano Rodríguez Martínez, Obispo de Ciudad Rodrigo y Consiliario de Acción Católica y D. Antonio Cartagena Ruiz, Director del Secretariado de la citada Comisión Episcopal, para celebrar el XVI Encuentro General Sacerdocio y Acción Católica con el tema “La Iglesia Comunidad Evangelizadora. Sacerdotes y laicos corresponsables”.

El tema central de las jornadas ha sido la reflexión sobre la Iglesia como comunidad evangelizadora y, en concreto, la corresponsabilidad de los presbíteros y los laicos en la misma.

Iluminados por el Padre, y con el magisterio de Monseñor Raúl Berzosa, obispo auxiliar de Oviedo, y por las experiencias de algunos laicos en su tarea evangelizadora en diversos ambientes, hemos profundizado en la importancia de un nuevo modo de ser y hacer Iglesia en el mundo actual, que necesita de la identidad cristiana, de la comunión y de la misión atendiendo a los cambios culturales, sociales, políticos y económicos.

Con las pistas que nos proporcionaron quienes nos hablaron hemos visto que la Iglesia española hoy necesita ser dialogante, entregada, de comunión, cercana y compasiva, con un laicado maduro, bien formado, entregado en la acción y místico en la misma, que desde la verdadera experiencia de Dios sea levadura, sal y grano de mostaza en la historia. Y este laicado debe estar acompañado por unos presbíteros que animen el protagonismo laical y el sentido comunitario de la fe y de la Iglesia, pasando de una mera colaboración a una verdadera corresponsabilidad.

La sociedad en la que vivimos pide hoy a los presbíteros desarrollar nuestro ministerio con unas notas constitutivas que nos parecen prioritarias:

- Hermanos y acompañantes cercanos desde el profundo respeto a cada uno de los bautizados y a la acción del Espíritu en sus vidas.
- Animadores que sostengamos y orientemos en la vivencia y la celebración de la fe y en el discernimiento evangélico del compromiso.
- Acompañantes que se dejan interpelar por las vidas de las personas que acompañamos y del mundo en el que vivimos.
- Sacerdotes verdaderamente “seculares”, que miremos al mundo sin miedos, viviendo el compromiso por la justicia y la dignidad de todos, especialmente de los últimos.
- Hemos de saber vivir la fraternidad y la afectividad centradas en la comunidad
- Hemos de servir a la comunión eclesial, ayudando a desarrollar la dimensión diocesana y la comunión con el episcopado.
- Hemos de ayudar a los laicos a hacer lectura creyente de sus vidas y de la historia.

Como conclusión de nuestra reflexión, nos planteamos los siguientes retos para que la Iglesia siga creciendo como comunidad evangelizadora:

1.- Promover comunidades vivas, fraternas y corresponsables que favorecerán el desarrollo de un laico maduro.
2.- Tener una visión positiva del mundo, que promueva una esperanza auténtica, asumiendo lo positivo de la sociedad.
3.- Ser testigos de Jesús convencidos, con capacidad de actualización en los métodos pastorales que faciliten la llegada del mensaje a las personas.
4.- Dar pasos hacia una parroquia y una Iglesia más misionera, superando la pastoral y los métodos de cristiandad y apostando por una pastoral de misión que nos permitan llegar a los alejados de la fe y a los pobres y crucificados de hoy en día.
5.- Promover el trabajo en equipo de los presbíteros en la tarea pastoral y favorecer el trabajo corresponsable entre presbíteros y laicos.

Toda esta reflexión y realidad se puso en manos del Padre y se celebró gozosamente en este tiempo de Pascua, con los momentos de oración y de celebración de la Eucaristía en los que agradecimos al Padre su luz, su ánimo y la acogida y trato de nuestras hermanas de la Institución Teresiana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...